Apple ha movido ficha con el iPhone Air: tras un arranque de ventas irregular, la compañía ha decidido recortar la producción en torno a un millón de unidades para ajustar la oferta a la demanda real del mercado.
Lejos de un tropiezo de toda la gama, el movimiento convive con un tirón notable del resto de modelos: iPhone 17, 17 Pro y 17 Pro Max mantienen una inercia sólida, con plazos de entrega ajustados en varios países y señales de que el hardware vuelve a ser el foco del ciclo.
Ajuste de producción: cifras y contexto

Fuentes del sector, como Mizuho Securities citadas por The Elec, indican un recorte de aproximadamente un millón de unidades del iPhone Air, mientras que la previsión total de la familia iPhone 17 subiría de 88 a 94 millones de unidades hacia principios del próximo año.
Apple no ha confirmado de forma oficial estas cifras, pero distintos indicadores apuntan en esa dirección: según Counterpoint Research, el iPhone 17 ha arrancado mejor que su antecesor y el modelo base suma mejoras tangibles como pantalla de mayor calidad, más almacenamiento y chip A19, mientras que los Pro destacan por rediseño térmico y cámaras más capaces.
En Europa y Norteamérica el interés por el Air ha sido más tibio, de modo que el ajuste busca casar oferta y demanda con precisión, sin acumular inventario de un dispositivo cuyo atractivo es más de nicho frente a los modelos con mejor relación prestaciones-precio.
¿Por qué el iPhone Air no despega igual?

Presentado como el iPhone más delgado y ligero (5,6 mm) con chasis ultraligero y un diseño térmico optimizado, el Air se sitúa entre el modelo estándar y el Pro. Su precio de 1.169 € y ese posicionamiento intermedio complican su encaje para parte del público.
La cámara y ciertas funciones avanzadas marcan la diferencia: quienes buscan lo último en fotografía y extras se van a los Pro, mientras que quienes priorizan el precio tienden al iPhone 17. El Air presume de ingeniería —con una distribución interna que libera espacio para una batería competente—, pero no ofrece el mismo “salto” técnico que empuja a muchos hacia los modelos Pro.
El comportamiento por regiones es dispar. En China, distribuidores locales agotaron unidades en horas y hablan de más de cinco millones de reservas, pese a un lanzamiento condicionado por la transición a eSIM. En cambio, el interés en EE. UU. y Europa se ha mostrado más moderado.
Con este encaje, el Air queda en una zona delicada: ni tan asequible como el modelo base ni tan atractivo para entusiastas como un Pro. Por eso, aunque aporta diseño y ligereza, no termina de cuajar entre los compradores que buscan mejoras claras y medibles.
Impacto en el catálogo y hoja de ruta
El iPhone Air no se cancela. Filtraciones como las de ShrimpApplePro y estimaciones de analistas como Max Weinbach apuntan a una producción de 18 a 20 millones de unidades, lo que refuerza la idea de un ajuste táctico y no de una retirada.
Mirando al calendario, informes del canal sugieren un lanzamiento escalonado en futuras generaciones: primero los iPhone 18 Pro en septiembre y, meses más tarde, los iPhone 18 y 18e. Además, algunos análisis proyectan para 2026 unos 229 millones de iPhone enviados, aproximadamente un 7% menos, señal de una gestión más fina de la cadena de suministro.
En la competencia, también hay señales: los móviles ultradelgados no terminan de asentarse, y Samsung habría descartado su futuro Galaxy S26 Edge tras resultados discretos, lo que sugiere que la delgadez por sí sola no convence si no viene acompañada de mejoras contundentes.
De cara a los próximos meses, Apple priorizará los modelos con mayor tracción y seguirá afinando la oferta por mercado, con la integración de Apple Intelligence en China todavía pendiente y un foco claro en evitar excesos de stock.
El movimiento de Apple apunta a reducir alrededor de un millón de iPhone Air y reforzar los modelos que mejor funcionan, manteniendo vivo el Air pero con una cadencia más ajustada a su demanda; una maniobra prudente que busca equilibrio entre innovación, costes y lo que realmente pide el usuario.