El iPad plegable de Apple se aplaza más de lo previsto

  • Apple retrasaría su iPad plegable y no lo lanzaría antes de 2029 por retos de peso, bisagra y panel.
  • Prototipo de 18 pulgadas con panel OLED desarrollado con Samsung Display y pliegue apenas visible.
  • Formato similar a un portátil de 13 pulgadas al cerrarse, sin pantalla exterior; nombre en clave J312.
  • Precio estimado cercano a 3.900 dólares y comparaciones con el Huawei MateBook Fold.

iPad plegable de Apple

El aplazamiento no obedece a una sola causa, sino a una combinación de desafíos técnicos y de costes: peso por encima de lo deseable, complejidad de la bisagra y exigencias de fabricación de un panel flexible de gran formato. Apple, fiel a su filosofía de producto, estaría priorizando el acabado y la fiabilidad antes que forzar los plazos.

Qué se está construyendo exactamente

El dispositivo encaja entre tablet y portátil: una pantalla plegable de unas 18 pulgadas que, al cerrarse, adopta dimensiones similares a un portátil de 13 pulgadas. Internamente se asocia al nombre en clave J312, señal de que el desarrollo sigue activo aunque todavía lejos del despliegue comercial.

La pantalla se estaría desarrollando junto a Samsung Display, proveedor habitual de Apple en paneles avanzados. El objetivo declarado es minimizar la marca en el punto de pliegue hasta hacerla casi imperceptible al uso, un reto que requiere nuevas capas, adhesivos y procesos para mantener uniformidad y durabilidad.

Retos técnicos: peso y pliegue

Uno de los escollos más comentados es el peso de los prototipos, que rondaría 1,6 kilos (3,5 libras). Para una categoría que pretende ser más cómoda que un portátil tradicional, esa cifra resulta exigente y obliga a aligerar sin comprometer rigidez estructural.

El otro gran frente es el acabado del pliegue. Lograr una curvatura suave, sin ondulaciones ni sombras, exige refinar la bisagra y la construcción del panel. Ese afinado, unido a la necesidad de alcanzar buenos rendimientos de fabricación, alarga los plazos y encarece el proceso.

Diseño y experiencia de uso

Cuando está cerrado, el equipo recuerda a un portátil de 13 pulgadas con carcasa de aluminio, sin pantalla exterior adicional. Al abrirse, todo el protagonismo es para el gran lienzo flexible, una apuesta por el espacio de trabajo continuo frente a la solución de doble pantalla que vemos en otros plegables.

Con este enfoque, la propuesta se acerca a un híbrido entre iPad y Mac. No integraría teclado físico ni trackpad de serie, por lo que su valor dependerá en gran medida de accesorios como soportes y de la evolución del software para sacar partido a un panel de 18 pulgadas en tareas creativas y de productividad.

Precio y posicionamiento

Las estimaciones sitúan el precio del modelo en torno a 3.900 dólares, aproximadamente el triple de un iPad Pro de 13 pulgadas actual (1.299 dólares). Ese salto refleja el coste de un panel OLED de gran formato, la ingeniería de la bisagra y la naturaleza todavía incipiente de esta categoría.

Con ese nivel de precio, el dispositivo quedaría entre los productos más caros del catálogo de Apple, incluso por encima de numerosos MacBook. Para justificarlo, la compañía necesitaría un avance claro en experiencia de uso, algo que todavía se está puliendo.

Calendario: del objetivo inicial al «no antes de 2029»

El plan manejado internamente apuntaba al entorno de 2028, pero los avances no han sido suficientes y el hito se desplaza a 2029 como mínimo. Si el peso, la bisagra o los rendimientos del panel no alcanzan lo esperado, no se descartan nuevos ajustes de fechas.

En paralelo, todo indica que el primer iPhone plegable llegaría al escaparate antes que el iPad de gran formato. Esa priorización encaja con un desarrollo menos voluminoso y con tecnologías de pliegue que Apple estaría afinando en varias líneas.

Competencia y contexto del mercado

Mientras Apple refina su apuesta, algunos rivales ya venden equipos con grandes pantallas flexibles. El Huawei MateBook Fold, por ejemplo, ronda los 3.400 dólares y es aproximadamente medio kilo más ligero que los prototipos de Apple, aunque por ahora su disponibilidad es limitada a ciertos mercados.

La estrategia de Cupertino, más conservadora, busca evitar concesiones en usabilidad y en acabados, aun a costa de llegar más tarde y con un precio de entrada elevado. Si logra reducir masa, pulir el pliegue y contener costes de panel, el iPad plegable podría redefinir flujos de trabajo; si no, el proyecto seguirá madurando hasta cumplir su propio listón.

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