La batalla legal por las comisiones de la App Store da un giro en Londres: un tribunal especializado ha fallado contra Apple tras un juicio clave sobre su conducta en el mercado de distribución de apps. En el centro del litigio está la acusación de que la compañía aplicó comisiones desproporcionadas a los desarrolladores y limitó las alternativas de acceso a los usuarios.
La resolución, dictada por el Tribunal de Apelación de la Competencia (CAT), llega en una oleada de escrutinio a las grandes plataformas en Europa y Estados Unidos. Según el fallo, durante varios años Apple mantuvo condiciones que, a juicio del tribunal, restringieron la competencia y se tradujeron en sobrecargos trasladados parcialmente a los consumidores del Reino Unido.
Lo que establece el fallo del CAT
El tribunal considera probado que, entre octubre de 2015 y finales de 2020, Apple ejerció una posición dominante al excluir competencia en la distribución de aplicaciones y en las compras dentro de la App Store. En ese periodo, las condiciones impuestas habrían contribuido a encarecer operaciones para desarrolladores y usuarios.
Para medir el impacto, la corte tomó como referencia una comisión del 17,5% para compras de apps frente a la tasa típicamente aplicada por Apple, cercana al 30%. De esa diferencia, el CAT concluye que alrededor del 50% del sobrecoste se repercutió en el precio final a los consumidores.
Esta valoración no cierra todavía el capítulo de las compensaciones: el fallo sienta criterio sobre el comportamiento y su efecto, pero apunta a una fase ulterior en la que se concretará la metodología para calcular las indemnizaciones y, en su caso, el alcance económico para las partes afectadas.
A quiénes afecta y el dinero en juego

La acción colectiva fue presentada en nombre de aproximadamente 20 millones de usuarios de iPhone y iPad en el Reino Unido que pagaron aplicaciones o suscripciones en el periodo analizado. La reclamación, de prosperar en términos económicos, podría alcanzar hasta 1.500 millones de libras, aunque el montante final dependerá de cómo se definan los cálculos.
El tribunal ha fijado una audiencia para el próximo mes en la que se decidirán el método de cuantificación de daños y la petición de Apple para obtener permiso de apelación. Hasta entonces, el pronunciamiento ya establece que hubo una sobreimposición de costes a desarrolladores y que una parte se trasladó a los consumidores.
La demanda fue impulsada por la académica británica Rachael Kent, que sostuvo que el diseño de la tienda móvil propició beneficios extraordinarios al limitar vías alternativas de distribución y cobro. Con el criterio del CAT ya asentado, la discusión se desplaza a cómo reparar el daño y a qué ritmo.
La postura de Apple y el panorama regulatorio europeo
Apple ha anunciado que recurrirá al considerar que el fallo refleja una visión errónea del ecosistema de las apps, que —según la compañía— ofrece un entorno seguro y una plataforma eficaz para la monetización. En su defensa, la tecnológica suele subrayar que la App Store aporta seguridad, confianza y visibilidad a desarrolladores y usuarios.
El caso británico coincide con un mayor control regulatorio en la Unión Europea, a raíz de las normas diseñadas para supervisar a las grandes plataformas digitales. Además de esta sentencia, la empresa afronta quejas ante las autoridades de competencia europeas por los términos y condiciones de su tienda y por las tarifas aplicadas a distintos modelos de negocio.
Este entorno de mayor exigencia normativa, que incluye el nuevo marco europeo para “gatekeepers”, está forzando ajustes en las políticas de las tiendas de aplicaciones. La decisión del CAT se lee como parte de un mosaico más amplio en el que los reguladores buscan incrementar la contestabilidad del mercado y moderar comisiones consideradas excesivas.
Acciones colectivas: un antes y un después en Reino Unido
Se trata de la primera gran demanda colectiva contra un gigante tecnológico que llega a juicio bajo el aún joven régimen británico de acciones colectivas, que cumple una década y empieza a consolidar criterios. Aunque hasta ahora el éxito para consumidores había sido limitado, este hito podría impulsar nuevos casos y acelerar otros en curso.
En la agenda ya figuran procedimientos relevantes: para octubre de 2026 está señalado un caso contra Google por las comisiones de la Play Store, que se verá junto a una reclamación de Epic Games. A la vez, otras compañías como Amazon y Microsoft encaran reproches similares ante el propio CAT, muestra de una presión judicial creciente sobre las reglas de las plataformas.
Posibles efectos en España y el resto de Europa
Aunque el fallo se dicta en Londres, su lectura puede resonar en el mercado europeo, donde el debate sobre comisiones, acceso y competencia en tiendas de apps está plenamente vigente. Un criterio judicial que cuestiona la proporcionalidad de ciertas tasas puede influir en futuras condiciones comerciales y en la negociación entre plataformas y desarrolladores en la UE.
Para los desarrolladores europeos —incluidos los españoles— el precedente aporta munición para reclamar estructuras de cobro más ajustadas al valor del servicio, mientras que para los usuarios la constatación de que parte del sobrecoste se trasladó a precios refuerza la expectativa de tarifas más contenidas o de eventuales compensaciones si se fijan mecanismos de resarcimiento.
La clave, en todo caso, será la audiencia que definirá cómo se calculan los daños y si Apple logra permiso para apelar. Hasta entonces, queda sobre la mesa la conclusión judicial de que hubo abuso de posición dominante y sobreprecios durante cinco años, lo que encaja con la tendencia europea a revisar las reglas de las grandes tiendas de aplicaciones y a abrir la puerta a más competencia.
Con los hechos delimitados por el tribunal, el proceso entra en su fase decisiva: concretar indemnizaciones, dirimir la apelación y observar el efecto dominó en otros litigios y en la regulación europea. Todo ello, mientras Apple intenta defender su modelo y los actores del ecosistema de apps miden el impacto real de unas comisiones en el punto de mira.
