Los ordenadores Mac son sinónimo de calidad, durabilidad y rendimiento en el mundo de la tecnología. Sin embargo, incluso los mejores dispositivos tienen una vida útil y llegan a un punto en el que su rendimiento ya no cumple con las expectativas o necesidades del usuario y toca cambiar de Mac.
Decidir cuándo es el momento adecuado para cambiar de Mac puede ser una decisión difícil, sobre todo por el coste de los dispositivos, pero hay varias señales y factores clave que pueden ayudarte a tomar una decisión informada.
A lo largo de este post exploramos estas señales con mayor detalle para ayudarte a determinar el momento perfecto para cambiar tu Mac. ¡Vamos allá!
Lentitud en el uso de tu Mac
Una de las primeras señales de que tu Mac podría necesitar un reemplazo es un rendimiento notablemente más lento. Y no nos referimos a que sea especialmente lento en algún momento puntual, sino que ves una lentitud marcada en todo. En concreto esto puede manifestarse en tiempos de arranque prolongados, aplicaciones que tardan en abrirse o cerrarse, y una respuesta general lenta del sistema.
Aunque a veces estas cuestiones pueden resolverse con actualizaciones de software, limpieza de archivos innecesarios, o incluso aumentando la memoria RAM, si estas soluciones no mejoran significativamente el rendimiento, podría ser el momento de considerar un nuevo Mac.
Vamos a ponerte un ejemplo: Imagina que usas tu Mac para tareas profesionales que requieren software intensivo, como la edición de video o diseño gráfico. Si tu Mac tarda en renderizar archivos o se congela frecuentemente durante estas tareas, tu flujo de trabajo se ve interrumpido, afectando tu productividad, por lo que no es descabellado invertir dinero en un equipo nuevo que haga que tu trabajo salga más rápido y mejor adelante.
Actualizaciones de software: la obsolescencia no sólo la da el hardware
Mantener tu sistema operativo actualizado es esencial para la seguridad y el rendimiento óptimo de tu Mac y para ello, Apple lanza regularmente actualizaciones de macOS que no solo traen nuevas características, sino también parches de seguridad importantes. Si tu Mac ya no es compatible con las últimas versiones de macOS, estarás perdiendo estas mejoras cruciales tanto en seguridad como en rendimiento.
Un claro ejemplo de esto son los Mac con chip Intel, que están comenzando a quedarse atrás en términos de compatibilidad con las últimas actualizaciones, perdiendo funcionalidades que saldrán en exclusiva para los Mac basados en los procesadores Apple Silicon.
Espacio de almacenamiento insuficiente
Con el tiempo, los archivos, aplicaciones y actualizaciones del sistema pueden ocupar una cantidad significativa de espacio en el disco duro de tu Mac. Si te encuentras constantemente luchando por liberar espacio y recurriendo a soluciones temporales como discos duros externos o servicios en la nube, es una clara señal de que necesitas más almacenamiento.
Y aunque esto se solventa cambiando el disco duro, bien es cierto que un nuevo Mac con mayor capacidad de almacenamiento puede proporcionarte el espacio necesario para tus archivos y aplicaciones, evitando la frustración de tener que gestionar constantemente el espacio disponible.
Problemas de hardware debido al desgaste y degradación de componentes
Los componentes de hardware como la batería, la pantalla y el teclado pueden desgastarse con el tiempo. Y lo malo de esto es que las reparaciones pueden ser costosas, no tanto por los componentes en sí, sino por la mano de obra y que además, en algunos casos, no garantizan una solución a largo plazo.
Como solución, cambiar tu Mac a la larga valorando el coste/beneficio muchas veces es la opción más rentable, sobre todo si ves otros síntomas de obsolescencia en tu equipo.
Mal funcionamiento del software
A medida que las aplicaciones y programas evolucionan, también aumentan sus requisitos de hardware. Y esto es una realidad presente aunque fastidie bastante: tu Mac de 2015 quizá en su época era un pepino, pero ahora se queda corto para correr las últimas versiones.
Si las aplicaciones que utilizas habitualmente comienzan a fallar o a no funcionar de manera óptima, podría ser debido a que tu Mac no cumple con los requisitos mínimos.
Esto suele darse sobre todo en modelos antiguos como el MacBook Air con solo 4 GB de RAM, que no pueden no ser capaces de manejar las demandas de las aplicaciones modernas, afectando negativamente tu productividad.
Tus dispositivos externos empiezan a no ser compatibles
Si tu Mac tiene dificultades para conectarse con dispositivos periféricos modernos, como ratones, teclados, impresoras, o pantallas externas, esto puede ser un signo de que tu hardware está desactualizado.
La falta de puertos USB-C, por ejemplo, puede ser una limitación significativa si la mayoría de tus dispositivos utilizan este estándar y es un motivo más que razonable para cambiar tu Mac por uno nuevo.
La batería de tu Mac “pide tierra”
Ya lo hemos hablado en otros posts, pero la batería de un MacBook tiene una vida útil limitada y su capacidad disminuye con el tiempo y el uso. En concreto, Apple estima que la mayoría de las baterías de MacBook tienen una vida útil de alrededor de 1000 ciclos de carga, después de lo cual su capacidad puede reducirse considerablemente.
Muchas veces, si te pones a hacer números de lo que cuesta el reemplazo valorando siempre usar opciones de calidad y no “baterías chinacas”, repararla no es la mejor opción sabiendo que estás invirtiendo dinero en un ordenador desfasado.
¿Cuándo cambiar nuestro Mac?: Nuestras consideraciones finales
Cambiar de Mac puede parecer una inversión significativa y requiere soltar bastantes billetes de golpe, pero los beneficios a largo plazo de un dispositivo nuevo son evidentes: Un nuevo Mac no solo proporcionará mejor rendimiento, sino que también será compatible con las últimas tecnologías y aplicaciones, mejorando tu productividad y experiencia general. Y todo ese ahorro de tiempo y problemas tiene un valor, y te puede hacer ganar más dinero si usas tu Mac para trabajar.
Además, los nuevos modelos de Mac, especialmente aquellos con el chip M3, ofrecen mejoras significativas en términos de rendimiento y eficiencia energética, por lo que si tienes un equipo Intel bastante desfasado te animamos a que lo cambies si crees que ya le ha llegado su hora, y que se lo dones a alguien que quiera seguir extendiéndole la vida de otras maneras.