Dentro de Apple han surgido preocupaciones internas sobre el rendimiento del nuevo Siri en las primeras compilaciones de iOS 26.4, una actualización marcada en el calendario para principios del próximo ciclo. Aunque se trata de builds tempranas, el foco está puesto en si el asistente alcanzará la calidad exigida por la compañía.
Fuentes que han probado el software indican que aún quedan meses de margen hasta el lanzamiento público, por lo que hay tiempo para iterar. La sensación, no obstante, es de cautela: el equipo debe afinar respuestas, estabilidad y coherencia del comportamiento antes de abrir la nueva etapa de Siri.
Qué dicen las pruebas internas
Según informó Mark Gurman en su boletín Power On, los evaluadores que están con iOS 26.4 han transmitido dudas sobre el desempeño del asistente en esta fase. No se detallan fallos concretos, pero el tono es de inquietud por la curva de mejora que queda por delante.
El propio Gurman sugiere que, si el estreno del nuevo Siri no está a la altura, podrían darse más salidas de perfiles senior del área de IA, un escenario que añadiría presión al plan de entrega y al estado de ánimo del equipo.
Por qué se retrasó el nuevo Siri
Apple presentó Apple Intelligence en la WWDC24 con funciones como Clean Up en Fotos, Genmoji y la puerta de enlace a ChatGPT desde Siri, pero la gran renovación del asistente se quedó fuera del ciclo de iOS 18. La empresa optó por posponerla aproximadamente un año al no cumplir sus estándares internos de calidad.
Tras la WWDC25, Craig Federighi explicó que hacía falta una reconstrucción a fondo y alineó la ventana de lanzamiento con el próximo gran curso, lo que encaja con la etiqueta iOS 26.x y con el objetivo de que Siri llegue listo en ese periodo.
Dos enfoques en desarrollo: local frente a nube privada
En paralelo, Apple mantiene un “bake-off” con dos aproximaciones: un Siri basado en modelos que corren en el dispositivo y otro que apoya ciertas capacidades en Google Gemini mediante Private Cloud Compute. La prioridad declarada es preservar la privacidad y el control sin sacrificar prestaciones.
No está claro qué variante impulsa las builds más tempranas de iOS 26.4, aunque algunas pruebas apuntan a un mayor peso de los modelos locales. El debate técnico pasa por dónde procesar cada solicitud y cómo equilibrar coste, latencia y seguridad.
Qué falta por pulir hasta el lanzamiento
En el corto plazo, el trabajo se centra en reducir latencias, mejorar la comprensión del lenguaje natural, elevar la fiabilidad al encadenar acciones y decidir de forma inteligente cuándo usar procesamiento local o cómputo en la nube privada.
Además, el nuevo asistente debe mostrar consistencia en tareas de varias etapas y conservar el contexto del usuario a través de apps y pantallas, sin perder el sello de privacidad que Apple ha convertido en requisito de diseño.
Lo que debería aportar el nuevo Siri
La compañía ha prometido tres pilares: contexto personal (dar información a Siri y usar datos relevantes del usuario), conocimiento de la pantalla (entender lo que aparece ante ti) y acciones en apps (ejecutar tareas completas). La meta es pasar de respuestas sueltas a flujos que resuelvan encargos de principio a fin.
Conviene diferenciar la integración con ChatGPT dentro de Siri, ya disponible como complemento, del Siri renovado a nivel de sistema, que aspira a integrar esas capacidades de manera nativa y orquestada bajo el paraguas de Apple Intelligence.
Impacto interno si no convence
Más allá de lo técnico, el desempeño del lanzamiento será clave para la retención de talento y la moral del equipo de IA. Una acogida tibia podría acelerar cambios en la estructura y en la propia estrategia de modelos, algo que Apple querría evitar en esta fase.
El panorama, por ahora, es de prudencia vigilante: hay señales internas que invitan a mejorar, un margen temporal razonable y varias vías técnicas abiertas. Lo que ocurra en los próximos sprints marcará si Siri llega a iOS 26.4 con el nivel prometido y si el proyecto endereza la narrativa tras los retrasos.