Se filtran los materiales del iPhone plegable de Apple

  • Marco híbrido con titanio y aluminio, con bisagra reforzada
  • Objetivo: mayor rigidez, menos peso y mejor disipación del calor
  • Formato tipo libro con pantallas de 7,8" interna y 5,5" externa
  • Biometría con Touch ID y ventana de lanzamiento que encaja en 2026

iPhone plegable materiales

Las últimas informaciones de la cadena de suministro dibujan un iPhone plegable con un chasis mixto de titanio y aluminio, una apuesta poco habitual en móviles que busca equilibrar rigidez, peso y control térmico. Además, se habla de una placa de refuerzo en la bisagra para endurecer el conjunto y mitigar la marca del pliegue tras miles de aperturas y cierres.

Este enfoque recuerda a decisiones recientes de Apple: el titanio se ha consolidado como material clave por su rigidez, mientras que el aluminio es un viejo conocido por su ligereza y capacidad para evacuar calor. En el plegable, la compañía intentaría combinar lo mejor de ambos mundos para mantener el rendimiento sostenido sin penalizar el diseño ni la manejabilidad.

Qué materiales usará y para qué zonas

Materiales iPhone plegable

Según estas filtraciones, el titanio se reservaría para los puntos de mayor tensión estructural, como el perímetro y áreas próximas a la bisagra, mientras que el aluminio se aplicaría en sectores menos críticos para contener el peso total. Ambos se integrarían con una unión de alta precisión y una pieza de refuerzo en la bisagra, destinada a mejorar la estabilidad del panel flexible, similar a una pantalla autorreparable.

La meta es clara: ofrecer una estructura que tolere mejor las torsiones y flexiones propias de un plegable, reduciendo la fatiga de materiales con el uso intensivo. Al mismo tiempo, la presencia de aluminio ayuda a amortiguar el aumento de masa que suele traer consigo el titanio, manteniendo el dispositivo cómodo en mano.

Otro punto llamativo es el grosor al abrirse: los informes apuntan a un perfil en torno a 4,5 mm, una cifra ambiciosa para un terminal de formato libro. La combinación de metales, si está bien ejecutada, permitiría adelgazar el equipo sin comprometer su rigidez y longevidad.

En términos térmicos, la estrategia tendría sentido. El aluminio, con su mayor conductividad, facilitaría la salida del calor generado por el procesador y otros componentes, contribuyendo a un rendimiento sostenido más estable en sesiones prolongadas de juego, edición o multitarea.

Resistencia, peso y temperatura: qué cambia

El planteamiento con dos metales distintos incide en tres frentes clave del diseño de un plegable, con efectos directos en la experiencia diaria. La idea es reforzar lo que más sufre sin descuidar ergonomía ni eficiencia. En esencia, se busca una mejor relación entre solidez, ligereza y control térmico.

  • Resistencia: el titanio aporta rigidez frente a torsiones y flexiones, crucial para preservar la integridad del chasis y proteger el panel flexible.
  • Peso: el aluminio compensa el mayor peso del titanio, ayudando a que el dispositivo sea más manejable en uso prolongado y en modo una mano.
  • Temperatura: la conductividad del aluminio favorece la disipación, evitando caídas bruscas de rendimiento por calentamiento.

La pieza adicional en la bisagra tiene un papel doble: limita la aparición del pliegue visible con el paso del tiempo y refuerza el eje mecánico, una zona crítica en cualquier diseño de libro. Bien implementada, esta solución debería traducirse en una sensación de solidez al abrir y cerrar, con menos holguras y mejor tacto.

Retos de ingeniería y fabricación

Combinar metales con diferentes propiedades no es trivial. Factores como la dilatación térmica, la distribución de tensiones o la fatiga por uso continuado exigen estudiar espesor, puntos de unión y tolerancias al milímetro. De ahí que se espere un proceso de fabricación especialmente preciso para asegurar durabilidad.

La estrategia encaja con el enfoque prudente de Apple en categorías emergentes: iterar sobre lo aprendido en otros modelos, introducir soluciones donde de verdad aporten y afinar la producción antes del anuncio. Esa paciencia debería capitalizar la experiencia acumulada por los proveedores en paneles flexibles y mecanismos de bisagra.

Formato, pantallas y biometría

El proyecto apunta a un plegable de tipo libro, con una pantalla principal de 7,8 pulgadas al abrirse y un panel externo de 5,5 pulgadas para las interacciones rápidas. Este formato busca la versatilidad de una mini tableta cuando está desplegado y la practicidad de un móvil tradicional al cerrarse.

En biometría, las filtraciones señalan un giro hacia Touch ID en lugar de Face ID, previsiblemente integrado en el lateral. La decisión encajaría con el diseño de marcos delgados y con la necesidad de simplificar el frontal cuando el terminal está plegado, sin renunciar a un desbloqueo rápido y fiable.

Calendario y software

Sin anuncio oficial por ahora, los plazos internos que se barajan encajarían en 2026, alineando el lanzamiento con la hornada principal de iPhone de ese año. La ventana temporal permitiría seguir puliendo el hardware y cerrar el ecosistema de accesorios a su alrededor.

En el plano del software, se espera una adaptación específica que saque partido al formato plegable: multitarea más flexible, continuidad fluida entre pantallas y optimizaciones de interfaz que combinen lo mejor de iOS y de iPadOS. La clave estará en que las apps aprovechen el área extra sin penalizar la usabilidad en el panel externo.

De cuajar tal y como se describe, el primer iPhone plegable apostaría por un armazón híbrido pensado para durar, un formato libro con pantallas de 7,8 y 5,5 pulgadas y una biometría basada en Touch ID. El conjunto refleja una prioridad clara por la resistencia, el peso contenido y el rendimiento sostenido, con una implementación que, sobre el papel, encaja con los retos más habituales de los plegables actuales.

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